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Salaguti, un museo al aire libre en Sasamón, El rostro de un hombre de poblada barba recibe a la puerta del museo de Salaguti. No es un recepcionista ni el encargado de abrir y cerrar la puerta. Es un guardián inerte, de enormes dimensiones, esculpido en la fachada de un singular edificio. Carlos Salazar Gutiérrez, 'Salaguti', vive en esta casa al aire libre, en un museo colgado en una colina que domina todo el valle. Desde allí se divisa una impresionante panorámica de Sasamón (antigua Segisama romana), en Burgos. Este artista polifacético, que ha hecho de su obra su vida, sueña cada vez que toma un cincel, pinta un cuadro o proyecta un diseño arquitectónico. Pero lo más importante de esta pista no es la obra artística, sino el factor humano que hay detrás de ella. Y los compromisos creativos que desarrolla el artista a partir de una filosofía propia que no ha aprendido en ningún libro. Salaguti está implicado con su proyecto porque vive dentro de su propia obra y sus creaciones, que ha compuesto en armonía con la naturaleza, son compañeros y confidentes. Y, además, recibe a los visitantes interesados por su obra. Sí, con un poco de suerte, abre la puerta cuando suena el timbre. Y, a partir de ahí todo es posible en un mundo imaginario cuya geografía va más allá de lo que la mente se atreve a soñar. Su huída de lo convencional, su trabajo autodidacta y el manejo de técnicas y disciplinas (pintura, arquitectura y escultura) avalan el ingenio de este artista... cuya casa duerme en lo alto de una colina. Pero la vecina Sasamón tiene más oferta museística: una exposición de miniaturas de aperos y tareas agrícolas que Néctor Calzada posee en su domicilio y un museo provincial de arte contemporáneo, situado en el centro de la localidad.  La riqueza patrimonial también merece toda la atención. El impresionante arco de San Miguel, resto de un monasterio cisterciense, la iglesia de Santa María La Real y la Cruz Triunfal del Humilladero son tesoros artísticos que guarda este enclave burgalés.